Nacemos desnudos y desprovistos.
Pobres de saberes,
limitados de acciones cotidianas
(caminar,
comer,
desenvolverse independiente...).
Sin embargo,
las capas de la cebolla van cayendo rapidas,
sucediendose entre amores y dolor,
entre tristezas y alegria,
indefectiblemente.
Los cambios se presentan
y constituyen nuestro ser,
lo construyen y destruyen,
lo arman y desarman.
Cada uno es es dueño de ir hacia adelante,
o para atrás:
perder las alas en el viento
y arrastrarse por la tierra
o
ser un gusano y convertirse en mariposa...
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