Entre medio del barullo y la alegría de los niños en sus primeros días de clases, Ema se acerca y me cuenta algo.
Le pido que hable más fuerte.
Ella, susurra en mi oido.
Sus palabras son un secreto que quiere gritar al mundo.
-Seño, voy a conocer a mi mamá. Ella se llama.....
Emita tiene 7 años. Vive con su abuela y su hermano mayor, que también fue mi alumno hace un tiempo.
La mamá los abandonó cuando eran muy chiquitos.
No sé si se fue buscando otra vida, una mejor, tal vez, o si su ausencia se debe a que tiene que pagar alguna pena detrás de rejas. No sé.
Lo cierto es que esos nenes crecieron con su abuela, que es casi su sombra; que los contiene, mima, acompaña, siempre detrás, mirando que nada les falte (una nada que sería poco para cualquiera, en el aspecto material, pero que es un todo para esos pequeños).
Amor de verdad, del bueno, del desinteresado y , a la vez, con el interés latente de quien quiere el bien, lo mejor para el otro.
Ema me cuenta que va a conocer a su mamá y sus ojos de cielo de verano, brillan mas que el sol.
Parecen los de un niño al que le regalaron el mejor juguete que existe
A ella, le regalaron el mundo.
Pienso, mientras la miro, que, ojalá en ese encuentro no se decepcione.
Ojalá sea un instante que llene su corazón, más allá de lo que ocurra luego.
Ojalá esos ojitos sigan llenándose de asombro y felicidad con esos encuentros de la vida.
Ojalá...
Clara Silvina Alazraki
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional.
4 comentarios:
Alegría y tristeza a la vez
Y... Así es. Gracias por tu tiempo de lectura.
J'aime les couleurs, les mots, les émotions qu'ils suggèrent. Bravo !
Gracias!!!!
Publicar un comentario