Para Valen y Cami, dos superheroínas reales que hicieron frente a la adversidad con la fuerza del Amor y a sus papis, que supieron manejar con Fe, un diminuto velero entre maremotos y tornados...
Hermanos
Había una
vez, en lo profundo del bosque, sobre la esquina donde se unen un viejo pino y
un cedro, un nido ocupado por una bulliciosa familia de picaflores.
Los padres cuidaban con profundo amor a sus dos pequeños, que estaban comenzando a explorar el diminuto gran mundo que los rodeaba. Como cualquier integrante de su especie, eran muy inquietos, raramente se los podía ver inmóviles o en silencio. Su canción parecía monótona para cualquiera: una especie de cro cro cro que se repetía infinitamente, sin embargo ellos comprendían cada una de las variaciones de esos trinos que los comunicaban y unían en una melodía ondulante de ternura.
Los pichones
experimentaban la novedad del vuelo, la delicia del néctar que les regalaban
las flores, la suavidad de las gotas de rocío que acariciaban sus cuerpos
inquietos, la osadía de la libertad sin límites.
Un día, el más
pequeño comenzó a frenar su vuelo. Sus alas se extendieron como las de una
paloma o un zorzal, sin la velocidad que las caracterizaba.
Más lentitud
y más sosiego, hasta que solo lo
acompañaron unos agónicos saltitos cuando quiso moverse de un lado a otro.
Un oscuro
nubarrón ensombreció a la familia.
Los padres y
el hermano mayor del picaflor, le daban ánimos, lo llenaban de amor, de
ternura, buscaban el néctar más dulce para alentarlo pero nada cambiaba el humor del pequeño. Lo habían invadido la melancolía y la tristeza.
ternura, buscaban el néctar más dulce para alentarlo pero nada cambiaba el humor del pequeño. Lo habían invadido la melancolía y la tristeza.
Comprendieron
que necesitarían ayuda extra, entonces,
activaron la vieja señal de alarma usada por los pájaros: los árboles divulgaron
ronroneando el pedido de auxilio de rama en rama, llevándolo por miles de
kilómetros a la redonda.
Por la
noche, en el claro que se abría en las entrañas del bosque, muchísimas aves se
reunieron.
Los
picaflores contaron su problema mientras millares de ojitos se clavaban en su
hijo menor y su hermano, que lo sostenía por la punta de sus alas. Por largos
minutos, el silencio reinó en el lugar. Casi podían escucharse los pequeños
corazones latiendo. Un anciano búho dio un paso al frente y susurró que la
única solución consistía en que los hermanitos tendiesen un puente entre ellos,
intercambiando las más preciadas plumas, aquellas que eran la clave para lograr
que los colibríes consiguieran detener su vuelo en el aire, planear en forma
rasante sobre el agua, trasladarse a máxima velocidad y mínimo riesgo.
En ese
momento, las miradas se dividieron entre los dos hermanos. El mayor asintió
suavemente, sin pensar en el abanico de dificultades que se abría a partir de
esa sentencia sino solo en el amor que sentía. Entonces, antes que nadie
pudiera decir o hacer algo, arrancó siete plumitas de su cuerpo y las estampó
con fuerza sobre el pecho de su hermanito que lo observaba entre abatido y sorprendido.
El alma de
los padres tembló por un segundo: el peligro ya no bailaba con uno de sus hijos
sino con ambos. Miedo y esperanza se entrelazaron como una soga alrededor de
sus cabecitas desesperadas. La decisión se había tomado. Ya estaba hecho.
Súbitamente,
se echó a volar, como si nunca hubiera tenido un problema. Planeó sobre todos,
gorjeando un grito de felicidad.
El mayor
sonrió. Sentía dolor por primera vez en su breve vida aunque estaba plenamente
conciente de que era ínfimo comparado con lo que había vivido su hermanito. También
abrió sus alas y lo siguió.
Sus padres y
los otros pájaros los miraban enternecidos.
Desde el
cielo, las estrellas tintinearon melodiosamente, acompañándolos en la nueva
aventura que acababa de comenzar…
Clara Silvina Alazraki
*Imágenes propias
Clara Silvina Alazraki
*Imágenes propias
- La historia en audio (música de fondo de Hans Zimmer):
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12 comentarios:
Muy lindo tu cuentito.- La hermandad cuando está rodeada de amor es capaz de realizar milagros.-
GRACIAS Y FELICITACIONES TUS CONDICIONES POETICAS LITERARIAS Y HUMANAS SON ORGULLO FAMILIAR ADELANTE Y MUCHOS EXITOS MARTHA Y LUCHO
Breve y bueno, y además barato: ¡Lo tiene todo!
Un abrazo transcontinental.
Lo que decís es muy cierto, gracias, tio!!!
Gracias a Dios, podemos decir que los milagros aún siguen estando...
Los quiero mucho!
gracias, tios!!!!
Y más allá de todo, sigamos mandando luz y amor a las guerreras cordobesas, que son las verdaderas protagonistas de esta historia.
Los quiero mucho!
Abrazo
Y si, no cobramos nada... por ahora!!!! (jajajja, es una broma)
Muchas gracias, José!
:D
Que historia más tierna 😊 Me ha encantado!! Eso es amor incondicional, y valor del bueno, del que todos deberíamos aprender. Y ademas las fotos son muy bonitas tambien!! 👏👏👏 Gracias :) Un abrazo, guapa!
Muchas gracias Carmen!
Resulta muy valioso que entre escritores comentemos lo que nos parece las obras de los otros.
bsss desde Argentina
:D
Que belleza fue un placer leerte, un cuento lleno de emociones encontradas y logradas, Felicitaciones!!
😊Abrazo
gracias, mi amiga!!!!
ABRAZO GIGANTE
Se me pianta un lagrimón Clari con esta historia tan bien contada, como siempre
fUERZA para "las guerreras cordobesas"
muchas gracias, Tere.
Bsss
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