A los tres meses de nacer, su mamá falleció.
Una noche, en medio de sus tres años, su papá llegó a la
casa borracho y violó su inocencia.
La casi otra mitad de vida, la crió su tía, llenando su corazón
del amor que había faltado en su breve caminar por el mundo.
Cuando estaba cursando primer grado, sobresalía entre todos
los niños porque, físicamente, era la más grande del grupo;
muy inteligente, adulta para hablar o comentar sobre algo, aunque también, muy distraída e introvertida.
Raramente miraba a los ojos cuando se le preguntaba algo…
muy inteligente, adulta para hablar o comentar sobre algo, aunque también, muy distraída e introvertida.
Raramente miraba a los ojos cuando se le preguntaba algo…
Conocí las sombras de su historia hace pocos días, una tarde en que llegué a la escuela y vi a su maestra de grado llorando, a la directora y alguien del EOE, que hablaban con una señora mayor (después supe que era su abuela; su abuela que sabía lo que había hecho el padre pero que decía que se había reformado, que se la llevaban al pueblo de donde eran, para empezar una nueva vida… ¿Una nueva vida?).
Las películas de terror son nada en comparación con ciertas
historias de la vida cotidiana…
¿Qué se hace con la historia de un alma pequeña que se trunca,
que se tuerce desde el vamos?
¿Qué se hace,
cuando la justicia patina en la injusticia
y devuelve a un padre
violador
a su hijita,
rota en millones de pedazos una noche?
¿Qué se hace,
cuando los derechos de un adulto son torcidos,
retorcidos
pero están y valen para la Ley?
¿Qué se hace con las lágrimas,
la sonrisa desaparecida,
la mirada que huye de
una pregunta sencilla,
el no entender?
¿Qué se hace con la locura,
la maldad,
la perversión que
mata a la inocencia en un momento de alienación?
¿Qué se hace?
¿Qué?
Dios proteja a Aylén, a la fragilidad de su niñez marchitada
de golpe.
Dios la ayude a crecer y transformarse en mujer.
Dios la ayude a crecer y transformarse en mujer.
Aylén, que no se
llama Aylén, pero que es, lamentablemente,
tan real como vos que estás leyendo o yo,
que te cuento su historia…
tan real como vos que estás leyendo o yo,
que te cuento su historia…
Clara Alazraki
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