lunes, 23 de marzo de 2020

Dia 1 : Al lado...

Primer desafío del Campeonato Mundial de Escritura organizado por Santiago Llach.

Teníamos tres temas para comenzar: Mi proyecto de escritura secreto // Conversación en la mesa de al lado // Top 5 de departamentos o casas de mi vida.


No tomé exactamente lo que correspondía así que en cualquier momento me rajan, jejeje.

Qué lo disfruten!



Estamos aislados, es imposible escuchar a alguien en un bar, en el laburo o en el súper.


Salgo al patio y, tras la tapia, se escuchan las voces de mis vecinos. Hay uno que tose y tose y tose. No sé si será el cigarrillo o que está enfermo. Me pregunto si alguna vez tomará conciencia de que fumar lo está matando… aunque en los momentos que estamos viviendo, tampoco sé si esto es necesario o simplemente cada uno hace las cosas que puede, lo mejor posible.


El tipo es buena gente, trabaja en la policía desde hace mil años. Le pide algo a su mujer, no sé si un mate o que lo mate…


Doy un respingo, de pronto quiero escuchar toda la charla. Solo son ellos dos, nunca pudieron tener chicos, no porque no quisieran, sino porque ella perdió incontables embarazos (incluso uno de casi 8 meses, que se detuvo en el tiempo de la amargura, y tuvo que esperar a que el bebe partiera naturalmente de su cuerpo, por indicaciones médicas, orden que jamás comprendí y que los unió y separó al mismo tiempo, en un torbellino de tristeza y desesperación).


Ella susurra algo sobre aguantar. Le pide paciencia, tranquilidad. Le habla de esperanza.


El tose cada vez más fuerte, tanto que pareciera que va a derrumbarse la medianera.


No sé si seguir escuchando o dejarlos en su intimidad secretamente violada.


Recuerdo que hace algunos años, se separaron. Ella quedó viviendo ahí, él pidió transferencia a una zona alejada de Mar del Plata, donde estaba full time. Lo único que supimos fue que se habían peleado por que ella dejó la reja abierta y la perra se escapó… obviamente ese fue el detonante, pero jamás salió de la boca de ninguno de los dos el por qué.


En aquel entonces, la mujer era muy asustadiza. Veía una sombra y enseguida llamaba a la policía (¿Sería la ilusión de que él acudiera al llamado o la simple necesidad que abrazaba su desamparo?).


Le pasaban cosas insólitas, como un día que se le reventaron las cloacas y amaneció con el jardín regado con efluentes.


O cuando volvía caminando del laburo y la agarraron dos pibitos para arrebatarle la cartera justo en el momento en que cruzaba la calle y saludaba a un conocido que iba en un auto. Le reventaron el hombro y el orgullo.


Me acerco al muro y trato de escuchar. Hay un cuchicheo, bajito, casi imperceptible. Las palabras se esfuman entre los ladrillos. Solo me llega una. Una muy grande, muy fuerte: muerte.


Morir es algo que se nos cruza a todos por la cabeza. Mas ahora, que nos bombardean constantemente con información, con declaraciones, decires, sugerencias, negaciones, interpretaciones. Tenemos miedo y furia contenida (si llegara a estallar, creo que desbordaríamos como cuando abrimos una botella de gaseosa agitada).


Escuchamos que se muere gente en todos lados pero no tomamos dimensión real, ni cuando vemos los ataúdes antes de la cremación solitariamente.


¿Estará muriendo, mi vecino?


¿Querrá morirse?


No lo sé.


Me imagino una situación donde él intenta detener a alguien infectado que va corriendo por la playa y esa persona, en vez de detenerse, acelera cada vez más, haciendo caso omiso a la orden de frenar. La tos asaltándolo en medio de la agitación del movimiento. El tipo, congelándose en seco, por miedo. Los dos yendo a la patrulla, a la comisaría.


Me pego a la tapia. Mi cuerpo casi forma parte de la pared de ladrillos grises mal revocados.


Pero es inútil.


Ellos solo se miran en silencio…


Clara Silvina Alazraki
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23/03/2020

2 comentarios:

Regina Castejon dijo...

Tienes razón, "Escuchamos que se muere gente en todos lados pero no tomamos dimensión real, ni cuando vemos los ataúdes antes de la cremación solitariamente." no se qué esperamos, un abraz enorme con todo mi cariño y cuidate mucho

Clarasil dijo...

Así es , Regina.
Abrazo gigante!!!