cae la lluvia sobre las hojas,
resaltando su brillo,
dándoles luminosidad
y logrando,
que vuelvan a erguirse.
Suavemente,
lloran los cielos
regalándole un final a la sequía.
Si cada gota fuera
una promesa
que el hombre cumpliera,
¡Cuántas razones habría
para que regaran esta,
nuestra Tierra!
Gotas de esperanza certera,
de fe despierta,
de incondicional amor
de verdad sincera…
Suavemente,
una lluvia de sol,
de luz,
que nos enseñe el camino perdido
que vuelve sobre la senda correcta.
Clara Silvina Alazraki
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