A veces ni pensamos que existe un mañana en el futuro, simplemente nos dejamos abatir por huracanes que destrozan nuestro presente y transforman todo en una negrura inexpugnable.
La Fe está oculta en lo más profundo del ser, tal como su hermana, la Esperanza, en aquella caja de Pandora, intentando salir a la luz en medio de tanto caos.
Sin embargo, la vida continúa y traza un Arco Iris como un camino que nos lleva a seguir adelante...
Para Silvia, Gonzalo, Kevìn, José, Morena, Nancy, Carolina, Jenny, Angel, Celeste, Zule, Oscar, Betina... para los que que ya los encontraron y los siguieron, para los que todavìa están buscando sus colores en un cielo que poco a poco se desentiende de tormentas, para los que aùn están en medio de la oscuridad, vaya esta nueva historia.
¡Que la disfruten!
Milagro de amistad
Llueve sobre Buenos Aires.
El agua limpia el gris humo de las calles y reverdece las
plantas. Por un instante, el tráfico deja de galopar desbocado. Solo se siente
el rítmico taconeo de las gotas.
Desde su ventana en el segundo piso a la calle, Manuel mira
el cielo.
Descubre formas en las nubes, en los espacios que estas dejan y en
las sombras que alternan con haces de luz.
Poco ha pasado desde el accidente, aunque toda la sabiduría de
sus diez años ha sabido adaptarse a los tiempos duros que le tocaron en la lotería
de la vida. Tiene el gran sostén de su hermana Florencia, tres años mayor, que
lo ayuda en todo… en casi todo.
Desde la calle, llegan grititos apagados. Son los chicos del
barrio que están jugando en la vereda, organizando un picadito o tal vez solo
corriendo y riendo. Manuel recuerda cuando era parte de esas risas, de ese grupo,
casi su líder, campeón de futbol y figuritas. Después del accidente, lo habían visitado
pero era tan triste ver así al jefe de la pandilla que solo se quedaban un
ratito, sin saber que decir o hacer. Al tiempo, habían dejado de ir a verlo.
Él los extraña. Alguna vez se lo comentó a su mamá y ella le
pidió que tuviera paciencia, que esperara.
Se siente tan solo que inventa amigos invisibles. Ahí está
Roque, sentado sobre la almohada; allá Juan, mirando hacia afuera.
-Están preparando algo “gordo”, dice Juan a su imaginación.
-Sí, añade Roque. –No sé qué están haciendo ahí afuera pero
es algo grande.
Manuel discute con sus pares de fantasía: que si, que no,
que hacen, que deshacen…
De pronto, algo aparece en una punta de la ventana: una
manchita de color que crece y se transforma.
-¡Viste! –dice Juan-. ¡Te lo canté: estaban tramando algo… y
es para vos!!!
Manuel mira el cielo reducido por la abertura y a un barrilete, que aparece Zigzagueando,
seguido por otros. Todos con una letra diferente
pintada, pero que si son combinadas, forman su nombre sobre el celeste.
Entonces sonríe y olvida todo: su invalidez, la soledad, hasta
a sus compañeros imaginarios; Para soñar despierto con los amigos
reales, de carne y hueso, de sentimientos camuflados, que no lo han olvidado,
solo no encontraban la manera de decirle que lo siguen queriendo aunque no
sepan cómo expresarlo con palabras.
Y sueña más profundo aún. Y se ve con ellos, remontando
cometas amarillos, rojos, verdes, azules. Con el viento soplando sobre su
carita, que ha dejado la palidez, la enfermedad, para gozar el calor, el frio, la lluvia.
Siente sus manos como ayer, luchando por mantener ajustado
el cordel. Sus piernas hacen equilibrio, corren, saltan alborozadas para poder
serle útiles nuevamente.
En ese momento, despierta: alguien grita, su mamá…
Su mamá, que no puede creer que su hijito, su chiquito,
quien desde hace prácticamente dos años no puede mover solo ni siquiera la punta de los dedos, está
parado junto a la ventana, mirando, sonriendo, saludando, festejando la sorpresa
multicolor que sus amigos le han preparado.
Clara Silvina Alazraki
Si querès escuchar la historia:
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6 comentarios:
WOW!!!!Fuerte, pero que hermoso mensaje!!!
Sentí el paso del dolor de imaginar al niño postrado, a la agradable sensación de la esperanza y la enorme alegría de la FE
Ojalá todos los Manueles, encuentren a sus amigos invisibles Están, seguro que están!!!!
Si,ojalà pudieran todos los chicos seguir adelante a pesar de todos... y los grandes tambien.
Gracias, Tere, por estar siempre...
Buenísimo Clara, con profundo mensaje de amor y esperanza.
Tienes un don muy especial que transmite mucha emoción al leer tus fabulosos cuentos.
Saludos desde Perú.
Realmente bonito,mis sinceras felicitaciones Clara.Un cordial abrazo desde Montevideo,Uruguay!!!
Muchísimas gracias, Nancy!
Es una alegría poder compartir con vos estos pequeños relatos además de trabajos de la escuela.
Abrazote!
Muchas gracias!
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