Cuando la tristeza empaña las ventanas
con su aliento macilento y desgarbado;
cuando las palabras suenan huecas,
desnudas y vacías;
cuando ya no queda nada
por lo que una sonrisa exista
en medio de la furia.
Alzo los ojos
sin ver
y despliego el abanico del cansancio
para recostarme sobre tu brazo que me abraza
y sentir que aún hay algo...
algo por que luchar.
2 comentarios:
Siempre habrá algo por que luchar ;) Aunque a veces cueste.
Qué bonito, Clara :) Lo comparto! Besitos!!
Gracias, Carmen!!!!
Lo que decís es completamente cierto!
Nunca hay que bajar los brazos y como vos escribiste en el final de tu último cuento, siempre hay que tener esperanza.
Bsss
Clara
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