sale volando una pregunta,
pequeña y fugaz,
pero con el cuerpo surcado por las arrugas de la sabidurìa y la experiencia.
Revolotea sutil,
por encima de millones de cabezas.
Se detiene en el surco de un rizo,
en el espiral de una oreja,
en un manojo de canas desalineadas...
Y sigue,
sigue planeando por todos lados,
llevando la duda o la esperanza.
¿Podrà algùn dìa obtener su amor,
su media naranja,
su respuesta?
No lo se.
Nuestro mundo està lleno de preguntas
pero bastante vacìo de respuestas...
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