domingo, 21 de octubre de 2018

Historias para compartir: "La cunita"

Muchas veces ideas locas aparecen en mi imaginación.
Como cuando voy en bicicleta, escucho alguna canción y transformo todo el paisaje (natural y humano) en un video musical viviente.
De allí salen los mejores relatos, de esa mezcla de fantasía y realidad que tejen y destejen los mundos particulares.
Hace unos días, pensaba en los tres bebés que esperan tres familias cercanas a mi vida. La imaginación armó esta historia.
Para Caro, Belén y Giselle, semillas de mamá que hoy están festejando su primer Día de la Madre, con todo mi cariño.
Para quienes no tuvieron hijos biológicos pero han sembrado aprendizajes en sus alumnos, que crecieron y florecieron...
Para las mamás que hoy no están, pero que alguna vez nos cantaron una dulce melodía para dormirnos...
En fín, para todas, chicas, qué tengan un
¡FELIZ DIA DE LA MADRE!
(que no dure 24 horas, sino todos los segundos que transcurre la vida)


La cunita

Detrás de mis barrotes blancos, un universo de juguete desfila por la habitación.
Sobre la repisa, aún descansan las ropitas recién lavadas que dejó esta mañana mamá.
¡Hoy tarda el bebé!
Tengo tantas ganas de sentir tu calor pequeño, de ver esas manitas tan frágiles, tan fuertes de futuro…
Quiero abrazarte y oler esa mezcla de perfume a nuevo, baño y ternura que destila tu cuerpo y me envuelve, apropiándose de mí, haciéndome olvidar  mi olor a pino, a madera fresca y también joven.
Me gustaría poder tenerte siempre, pero sé que cuando crezcas, alguna otra hermana mayor contendrá tu cuerpecito y se regocijará con la tibieza de tu alma. Hasta ese momento, eres mío. No por egoísta te quiero entre mis brazos, sino por sentir ese Amor que aparece en la mirada, en las manos suaves de  mamá que  te deja dormido a mi cuidado.
Me pregunto qué pensará ella.
Qué palabras surcarán su frente cansada.
¿Imaginará tus próximos pasos?
¿Aparecerá el miedo? ¿El temor velado que surge en cada mujer que cuida el tesoro de la vida?
Esa diminuta vida que respira acompasadamente entre mis suaves sábanas blancas.
¿Reflexionará sobre el ayer o el mañana?
¿Será que se pregunta sobre tus futuros posibles, disimula el alborozo y también calla la angustia?
Mi corazón, que alguna vez fue parte de un bosque, intenta escuchar más allá de las paredes. Se acercan unos pasos suaves, acompasados. Son ustedes, mi mundo.
Ella te deja delicadamente a mi resguardo y acaricia mi cabecera como pidiéndome en silencio que te cuide…
Y yo me entrego con dulzura y obediencia, ante ambos.

Clara Silvina Alazraki

Imágenes de mis alumnos de la EP 22 "Jorge Newbery" de Mar del Plata, realizadas durante una actividad sobre las visión de los niños sobre sus familias.

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