martes, 19 de julio de 2016

Historias para compartir: Voluntad


Muchas veces usamos la frase "estar ahogándose en un vaso con agua" para señalar que nos supera (o al otro), una mínima frustración.

Para quien vive ese momento, el vaso puede constituir un abismo profundo del cual no hay escapatoria aparente. Superado el trago amargo, literalmente, vemos que esa circunstancia tal vez era más imaginada que real.


Sin embargo, hay millones de personas caminando por el mundo que realmente atraviesan situaciones tremendas (ya sea violencia, abusos, pérdidas... la lista es infinita y cada uno puede agregar el sustantivo que sigue) para las que cada paso es un desafío enfrentado con la fuerza, tenacidad y perseverancia que se aprende cada día. 
Pensando en todos los que alguna vez estuvimos frente a un vaso con agua o un hoyo sin fondo, vaya este relato.
¡Qué lo disfruten!


Voluntad


Juana decidió en su cumpleaños número trece, que el año siguiente saldría campeona de natación. Por eso, después de apagar las velitas, le pidió a su papá que la ayudara a lograr lo que se había propuesto.
Papá bajó la mirada, mamá, que había escuchado su pedido, abrazando a ambos susurró:
-¿Por qué no?

Buscaron un profesor.
Nadie quería aceptarla en su equipo. Decían cosas como:
-Es imposible
-No va a andar…
-Mmmmmmm
-Lo lamento pero…
-¿Ustedes creen que soy mago?

Finalmente, un viejito que en su juventud había sido quien batiera los records más difíciles nadando mar abierto, pero que ya casi no se dedicaba a enseñar, la tomó como alumna.

Fueron meses duros.

La rutina empezaba muy temprano con gimnasia, varias horas en la pileta, almuerzo liviano pero consistente. Más ejercicios, la escuela. Por la noche caía extenuada hasta la mañana siguiente, cuando el ciclo recomenzaba. Los domingos eran su día libre y aprovechaba para estudiar un poquito y estar con sus papás.

Dos meses antes de la competencia tuvo que dejar el colegio, pero valió la pena: salió campeona provincial de natación, con medalla y honores… justo dos días antes de cumplir catorce años.

Entonces, pensó: “si pude llegar hasta aquí, ¿por qué no un poco más?”.

Un tiempo después finalizaba segunda en la última ronda por el título nacional, lo que le dio posibilidades para viajar a Europa y competir con las mejores del mundo.

Fue una experiencia única.

Era la primera vez que subía a un avión e hizo, como un buen pasajero que se ufane de tal, todos los líos que uno comete al principio de algo desconocido: llamó veinte veces a la azafata, no se movió de al lado de la ventanilla, tiró gaseosa sobre su mamá (esto sin intención) y gritó con toda la fuerza de sus pulmones cuando la aeronave se bamboleó por la turbulencia.

Aún le sobraron energías para ganar.

Lo más emocionante, fue subir al podio para recibir la copa de la victoria… o mejor dicho, cuando tuvo que bajar, ya que el trofeo se lo dio uno de los jurados que se movía dificultosamente en su silla de ruedas. En el lugar donde había puesto los escalones, no se podía avanzar, por eso, Juana saltó graciosamente y se acercó al juez. Este, que ya estaba bastante acalorado por el esfuerzo de andar por una superficie resbalosa y con obstáculos, transpiró más aun cuando le entregó la copa y se dio cuenta, tarde, de su error, ya que Juana jamás podría sostenerla entre sus brazos, de los que solo existían dos enredados muñoncitos que sobresalían a la altura de los hombros.
Juana sonrió y con un gesto, llamó delicadamente a su mamá, quien levantó el premio mientras todos aplaudían.
De pronto, corrió hacia el trampolín, hizo una voltereta y salto al agua, donde comenzó a danzar sin música, pataleando y festejando a su manera.

Entonces fue cuando se le ocurrió que, la semana próxima podría comenzar a estudiar piano.



Clara Silvina Alazraki




Fuente de la imágen: Aguas abiertas (editada con picmonkey )
Video: Trailer de los Juegos Paraolímpicos Rìo 2016 (¡¡¡Gracias Silvia, @profe_silvia !!!! Creo que no existen las casualidades, solo las causalidades... :)

El cuento en audio:




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10 comentarios:

Prof. Silvia Lorenzati dijo...

Qué bello relato! Pura ternura, energía y decisión! Me emocionaste, Clara! Muchas gracias por tu mención. Es cierto que las casualidades no existen!

Profesora: Silvia Vill dijo...

Gracias emocionante y re dulce como vos!!

Lourdes Ferrando R. dijo...

Preciosooooo!!! Puro sentimiento y ejemplo de constancia, metas, decisiones...Las barreras sólo se encuentran en nuestra mente. ¡Gracias por este escrito tan lleno de reflexiones profundas! Un beso grande.

Clarasil dijo...

Gracias... por dos!!!!!!

Clarasil dijo...

¡¡¡Gracias Silvia!!!!

Clarasil dijo...

Gracias Lourdes!!!! La verdad, después de leer tantos mensajes lindos de mis amigas enREDadas me estoy inflando tamaño globo aerostático! ;) Bsssss

TERESA DESIMONE dijo...

Hermoso y edificante relato Clarita!!!
El incalculable valor de la voluntad y la FE

Clarasil dijo...

Gracias, Tere!!!!
incalculable y dificil de encontrar...
Bssss

José Florentino dijo...

Y, sin duda, Juana consiguió ser una gran pianista.
Bella historia, bella Clara.

Clarasil dijo...

GRacias!
Esperemos ver en el futuro, tal vez un dìa vuelva a abrir la puerta que espia la vida de Juani y traiga otra historia para sorprendernos.
:D