Un cuento para pasar el calor, o el frío, dependiendo del lugar en el Globo donde uno esté situado. Para acompañar con helado o sopa y un buen chocolate.
Espero les guste
:D
Un problema pequeñito
Juanita estaba cansada. Sabía que solo tenía que esperar
unos días para que el fin de temporada fuera un hecho, entonces, tendría tiempo
para tomarse unos días e ir al médico.
Con muchísimo cuidado, como siempre, comprobó
que el candado
de las vitrinas que mostraban las colecciones de monedas, fustas y facones
históricos, estuviera bien cerrada. Luego,
recorrió cada habitación, buscando a curiosos retrasados. En el Salón de
los Trajes Antiguos, descubrió una mariposa de polilla revoloteando en
círculos. La miró con preocupación. Buscó el insecticida que la química
preparada especialmente para ellos y
roció la ropa en cantidad. Posteriormente, giró los canceles, corrió algunas
sillas que estaban desordenadas. Con una pálida sonrisa, se despidió del
cuidador nocturno, que acababa de llegar. Recogió de su casillero el largo
gabán marrón, el bolso tejido y se fue a casa.
La esperaba su gatito gris, sus plantas, un poco maltrechas,
y una pila de platos sucios sobre la mesada de la cocina. Sin embargo, pareció
no advertir nada. Solo le importaba el dolor de espalda. Cada vez más fuerte y
angustiante.
Buscó en su celular los números de las clínicas que podían
atenderla en la guardia. Averiguó. En el
primer lugar que le dieron el sí, avisó que iría de inmediato. Dejó sus datos y
llamó a un taxi.
Juanita tomó su abrigo y esperó sentada, ensimismada en
pensamientos que la llevaban muy lejos de allí. Una bocina la despertó. Salió
de su casa corriendo, ni se fijó si había cerrado la puerta con llave.
El chofer era alegre. Bromeaba, hablaba sobre el clima y los
problemas del día a día. La conversación se esfumaba cuando llegaba a ella.
-Disculpe- se excusó- estoy muy adolorida.
En el Hospital, una enfermera un poco amodorrada, cotejó los
datos con su carnet, le cobró los honorarios y la guió hasta un consultorio
largo, con camillas y cortinas que daban un poco de intimidad a cada paciente.
Sus piernas quedaron colgando, como si
tuviera 4 años y su madre la hubiera dejado en la plaza para hamacarla.
Ella, le contó que hacía casi un mes había
comenzado el dolor (él, cejas alzadas, como diciendo, ¿y ahora, a medianoche,
decidiste venir?). Qué estaba en su trabajo, que era imposible (remarcó
imposible, como si lo escribiera en negrita y subrayado) tener un momento libre
para ella, que por eso había pasado tanto tiempo en decidirse.
El médico le
pidió que se quitara la ropa de la parte superior y se acostara boca abajo en
la camilla.
Juanita sentía que hervía de vergüenza (ella era la
auténtica “señorita”, impoluta en sus casi 60 años de vida). Se quedó quieta. Muy
quieta, mientras en su cabeza desfilaban desaforadamente escenas de noticieros
y películas, donde hombres depravados, con doble identidad hacían las más
ruines atrocidades a mujeres solas que caían en la guardia de un hospital con
dolor de espalda.
El doctor se acercó y la observó (miró su espalda curvada y
huesuda, con la piel demasiado blanca, demasiado tersa para su edad). Un rato largo estuvo así, sin decir nada. Sin
decirle nada. Por el rabillo del ojo, vio que tomaba un bisturí, unas pinzas y
empapaba unas gasas en antiséptico. El olor a iodo le dio arcadas pero no
sintió la mínima sensación mientras él trabajaba sobre su espalda y le preguntaba
sobre su empleo. Ella le contó sobre el Museo Histórico de la Ciudad, donde
trabajaba desde hacía unos cuarenta y pico de años, su segundo hogar, su “familia”
adoptiva, lugar donde el dolor había nacido de golpe, mientras realizaba una de
sus recorridas.
El dolor que a veces no la dejaba respirar.
El dolor fugaz…
El dolor que…
El dolor había desaparecido.
-Ahora comprendo- dijo el doctor mientras una sonrisa le
partía la cara en dos
- Era solo… era un pequeño problemita alojado en su espalda-
, y le mostró el sable corvo que acababa de extirparle.
Clara Silvina Alazraki
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El cuento en audio:
Imágenes:
* Foto de Emilio... bebé gatuno de mis sobrinas
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