Entre otras aventuras digitales, estoy terminando el Postítulo en Educación y Derechos Humanos. Cursando el último módulo, luego solo queda el trabajo integrador.
En general, las actividades que se plantean, tratan de ser de autorreflexión, integrando, obviamente, los contenidos que van presentando de materia en materia.
Para cerrar el de ESI (Educación Sexual Integral en la escuela), planteaban hacer una secuencia pedagógica y una carta.
Comparto la carta, que tiene una destinataria que es totalmente real (espero que no se enoje) y mucho de pensar hacia adentro y hacia afuera... en la escuela y en otros contextos.
¡Què la disfruten!
Querida María Paz:
La verdad es que te extraño. Ha pasado poquito tiempo desde tu decisión de renunciar al EOE (Equipo de Orientaciòn Escolar) de la escuela pero parece que fuera muchísimo más. Ya nadie me dice ¡qué bueno, no voy a estar sola esta tarde, voy a tener música sonando cerquita! Y yo, contenta, preguntado si no molesta el griterío que se arma a veces con los chicos o el volumen o las canciones desafinadas que atraviesan cualquier pared delgada (más, cuando eso es lo único que separa la sala de artística y la de Gabinete).
¿Sabés una cosa?
Somos parecidas, vamos por la vida bailando vestidas de cebolla, dejando caer cada capa a nuestro paso, hasta que al final quedamos desnudas, transparentes, mostrando nuestro verdadero ser. Y eso a veces nos deja frágiles ante el mundo.
Recuerdo cuando me contaste que los problemas de nuestra escuela te superaban y abrumaban y que por eso habías decidido comenzar a estudiar Sicología en la Universidad, para ver si de alguna forma, encontrabas la solución, las fuerzas o la sabiduría para enfrentar tanta tristeza concentrada, tanto abuso, tanta situación desesperante que vemos desfilar entre los nenes, en sus familias, en este pequeño mundo donde si uno pudiera, cobijaría en la propia casa como una gallina que tiene sus pollitos bajo las alas, tanto abandono, desamparo. Pero eso, en la realidad es imposible y solo nos queda poner nuestro granito de arena desde la contención, la escucha activa, mediando en una situación de violencia, dando ánimos, tratando de poner una curita de amor y sonrisas a una herida profunda que, sabemos no va a sanar, pero necesita de ese pequeño gesto como una caricia en el alma.
Me veo reflejada en esa forma de ver la educación, ya que más allá de que me encanta capacitarme y estudiar, hace unos años comencé a buscar más cosas que me puedan ayudar en el aula, orientar en esta marejada que nos lleva de la calma a la tormenta en cuestión de segundos. Este Seminario sobre ESI, por ejemplo, te lo recomiendo, así como todo el Postítulo en Ed. y DDHH, como alguna vez te dije. Realmente te abre puertas (convengamos que, como en todo, es la decisión de cada uno entrar o no). También te hace reflexionar y te crea preguntas interiores como qué situaciones del presente o del pasado vuelven y te hacen mirar la vida áulica con nuestros ojos, con los de otros, con anteojos que pueden ser oscuros y opacarla, que pueden tener demasiado aumento y hagan que esa realidad se nos arroje encima como un monstruo devorador, asimismo, pueden faltarles la graduación adecuada, minimizando todo lo que vemos a través de sus cristales.
Leo los objetivos de esta actividad que plantea hacer “…una
carta o un correo electrónico a un/a colega o directivo/a de su institución que no haya hecho esta capacitación, contando los aspectos principales del curso y las razones por las cuales creen que es necesario trabajar la ESI en la escuela”.
Apunta a una reflexión sobre lo transitado en el Seminario ESI pero también a descubrir nuestra relación entre esa temática y su forma de abordarla en la escuela. Donde el conocimiento de muchas cuestiones tiende un puente entre lo que creemos y lo que podemos hacer, dependiendo de cada uno quedarse parado en el principio, llegar al medio o cruzarlo, para que se constituya en una herramienta que nos ayude a manejar situaciones relacionadas con la sexualidad que en nuestro pasado (y en realidad, aún hoy), se dejaban de lado porque no eran temas a tratar en un aula (como lo viví en mi adolescencia, que aparecía solo desde un enfoque biomédico, donde a las chicas nos contaban en un video, que era lo que íbamos a “sufrir” en el momento del desarrollo y a los chicos los dejaban “afuera”, como si ellos no fueran parte de esos cambios o, simplemente, no los tuvieran que atravesar).
¿Te acordás el año pasado, cuando el papá de los nenes B., mató a su mamá?
¿El primer día que K. volvió a la escuela, sucio, sin comer, con la mirada cansada de un viejo de noventa años en los ojos de un nene de siete? Cuando nos contaba que su papá estaba cuidándolo desde el cielo y que lo extrañaba (confieso que se me caían las lágrimas mientras lo abrazaba y me mordía la lengua escuchándolo y pensando en ese HDP que había matado a su mujer por un puñado de droga, que posteriormente al estallido, había intentado suicidarse, que su familia lo había querido reanimar (sin olvidar de ocultar el arma…que jamás apareció), dejando de lado, tirada, a la mujer agonizante, todo delante de los nenes; que después, ambos habían fallecido en el hospital Regional, quedando los chicos a cargo de la familia paterna…
Un femicidio que quedó marcado en la calle de la Municipalidad con una estrella amarilla y en nuestros corazones con una historia donde vimos crecer el maltrato, día a día y tratamos de ayudar tanto desde lo social como lo legal, sin pensar en que todo terminaría como lo hizo. Tema que podría haberse hablado desde el ángulo de la violencia de género, más en un año que sacudió nuestra ciudad con otras víctimas, con otras historias terribles y horribles. Pero también con la fuerza de un pueblo que pide no olvidar…
uno hace lo que debe, lo que siente, lo que puede y lo que le permite su propio ser.
Razones de sobra para trabajar la ESI con los chicos, entre los docentes, con todo el conjunto de la comunidad escolar. Incluso con nosotros mismos.
Con nuestros miedos, vergüenzas, ideas preconcebidas o imaginarios que están anclados hondamente y guían nuestras palabras y acciones.
Una autorreflexión que resulta necesaria hoy en día donde todo nuestro mundo resulta sacudido por hechos que solo pensábamos existían en la ficción.
Este seminario es la segunda vez que lo curso.
El año pasado lo dejé a medias y este, me resultó muy difícil hacerlo.
Hoy, que estoy transitando los últimos pasos, pienso en el motivo de esto (siempre fui una de las primeras en entrar en los foros o entregar trabajos, tanto en este Postítulo como en el de Educación y TIC, que concluí en 2016).
¿Qué me pasa con el tema ESI que me puso tanta piedra en el camino?
Creo que a medida que uno va leyendo los materiales, las participaciones de compañeras y compañeros en los debates, se va preguntando sobre las propias dudas, las vivencias del pasado, las reservas, que surgen de abordar este tema que es tan viejo como la humanidad y sin embargo, solo en los últimos tiempos se intenta encarar desde una mirada diferente, sin prejuicios.
La pregunta se responde sola…
Ojalá puedas encontrar tu camino y tu paso por nuestra escuela sirva como un escalón de tu escalera del aprendizaje.
Abrazos con todo mi corazón,
Clari
Clari
Clara Silvina Alazraki
La carta en audio:
Imágenes:
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